Tricicle
Me asombra la gente con capacidad para la inventiva y, sobre todo, la risa. Si hay algo difícil en este mundo es hacer reir. Por eso Tricicle, ingeniosos donde los haya, se merece un aplauso periódico.
Me asombra la gente con capacidad para la inventiva y, sobre todo, la risa. Si hay algo difícil en este mundo es hacer reir. Por eso Tricicle, ingeniosos donde los haya, se merece un aplauso periódico.
Si me preguntaran, como cuando era pequeño, que qué quiero ser ahora mismo respondería sin dudarlo: ermitaño.
No sé por qué pero me molesta la gente que escribe y no pone tildes. Eso me ha hecho recordar la clase en la que aprendimos la tilde diacrítica, que por cierto suena fatal pero que ayuda a diferenciar palabras iguales.
Lavándome los dientes me he acordado de algo de cuando tenía unos nueve o diez años. Todas las semanas, en mitad de una clase, nos lavábamos los dientes con fluor. Era de color naranja y olía a fresa. Olía tan bien que algunos se lo tragaban (esos que luego se bebían las babas en el botellón). Reconozco que alguna vez fue "padrentro". A la gente de recursos humanos se le podría ocurrir hacer algo así dentro de la empresa. Con que algunos se lavaran el sobaco valdría.