Empresa
Llevar bien a un cliente no es poner el culo. Es enseñarle educadamente el agujero y decirle, con más educación todavía, que es tuyo y que por ahí no va a pasar. Las relaciones, entre ellas las pecuniarias, necesitan educación, confianza mutua y diligencia.
Ejemplo práctico:
Si te piden la luna la puedes pintar en un papel y entregarla con una nota que diga: estamos trabajando en conseguirte la de verdad.
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