Xabela
El reportaje que más me costó escribir en mi vida.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/ciguena/viene/laboratorio/elpepusoc/20110609elpepusoc_9/Tes
El reportaje que más me costó escribir en mi vida.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/ciguena/viene/laboratorio/elpepusoc/20110609elpepusoc_9/Tes
Empieza 2011 y me niego a recibir una noticia pesimista más y quedarme cruzado de brazos.
Y que conste que no es porque a priori este vaya a ser un buen año por el mero hecho de que nace Xabela.
No.
Ya está bien de mensajes catrastofistas y pesimistas respecto al futuro. Mi planteamiento puede parecer demagógico. Tengo salud, una mujer estupenda, una familia genética y política estupenda, trabajo y pocos pero buenos amigos. Incluso un sueldo digno. Pero no por ello me voy a sentir mal. Parece que queda mal decir que eres feliz. La gente dice, qué suerte. Pues sí, mira. Pero a la suerte también hay que llamarla, joder.
Vamos a ver si entre todos cambiamos un poco el ánimo. A ver si dejamos de ser unos caguetas y en vez de esforzarnos en quejarnos, nos esforzamos en cambiar las cosas de las que nos quejamos.
Vamos a ser un poco positivos, coño.
Mal están amigos que tienen a su hijo en el hospital sin saber si saldrá adelante o no. O algún familar de otros amigos en la UVI. Así que a ponerse las pilas y a ser felices. Que eso sí que lleva trabajo.
El día de la Lotería empieza la navidad para mí.
Me recuerda sobre todo a los concursos de villancicos de los Salesianos y que ganamos durante 4 años, tres de BUP y uno de COU #ojoconeso (que dice Adversario al cual, por cierto, voy a echar mucho de menos por estos lares).
El caso es que estos últimos años fueron un poco primeros juegos de partido de tenis pero ahora se está poniendo interesante la cosa y la culpa la tienen, básicamente, los niños. En casa de mi mujer ya hay dos y en la de mis padres una que todavía no tiene un año. Pero sobre todo el hecho de pensar que la mía viene en camino. Sólo por eso, esta Navidad ya será especial.
pd: Y a todo esto Raphael sigue con sus especiales. No sé qué harán en TVE cuando se muera.
Acabo de desayunar en Cosmen & Keiless. Y muy bien.
Ha sido por trabajo. Tengo que escribir un artículo para El País Viajero.
Una de las mejores cosas del mundo es poder escribir sobre lo que te da la gana (si alguien te lo compra. O no. Claro). El trabajo es placer.
Mi gran pasión, de siempre, ha sido ser periodista. Desde que era crío. Vocación casi. Hasta que entras a trabajar en un medio y te das una verdadera hostia contra la realidad. Esto no es viajar a sitios guays, con hotelazos, hablar con gente interesante y tener tiempo para poder escribir.
La vida, no sé si por azar o porque sin quererlo lo hice así, me ha llevado al mundo de la publicidad. Es comunicación, en resumen, pero de otra manera.
Si pudiera elegir mi trabajo ideal sería periodista de viajes o redactor de un suplemento dominical aunque a priori ya les encuentro muchas pegas. Si fuera periodista de viajes, no podría pasar tiempo con mi mujer y la hija que viene en camino. Y todo desde fuera, suele parecer más bonito de lo que realmente es.
Hoy he tenido la suerte de hacer, y siento si parece pueril o ñoño, un viaje a la infancia. De cuando me bajada del autobús en la Avenida José Fernández López de Mérida y me subía la calle hasta la panadería Luna a comprar medio pan y media chula. Según le daba a la señora que lo regentaba, algún día me daba algún capricho desde esas manos gordas que no paraba de frotar en un mandil verde o blanco según la ocasión.
Estuve yendo, calculo, que unos diez años. La calle empezó siendo larguísima y con el paso de los años se fue acortado. Hoy me parece minúscula cuando me paso. Y lo hago siempre que puedo engañando a mi mujer con la entrada que cojo para entrar en Mérida y pasar por el "patio".
Cuando llegaba, cartera al hombro en un asa (me acuerdo porque me decía que me pusiera las dos para no hacerme daño en la espalda), pedía el medio pan y la media chula y muchas veces me imaginaba qué había tras el mostrador. Tras la puerta marrón chocolate que siempre estaba entreabierta pero que no dejaba ver nada. Me imaginaba harina por el suelo, o cientos de pasteles colocados sobre mesas de madera recia, o una cadena de producción de palmeras de chocolate.
Hoy he tenido la suerte de meterme justo detrás del mostrador de una panadería. Y he sido feliz.
PD: Luna cerró. Me pasé una vez y me di cuenta. Desde entonces evito subir la calle. Sólo miro el comienzo y me imagino que sigue allí, al lado de la churrería.
En estas que vuelve a la carga Wikileaks dando la exclusiva de 250.000 documentos (ahí queda eso) a varios periódicos para que lo publiquen. Mis reflexiones.
1.- Si fuera el CEO de algún medio de comunicación no entendería que teniendo una plantilla profesional y cientos de miles de euros de presupuesto haya un tipo que, él solito, consigue las filtraciones más importantes de los últimos años y no de una materia en particular (puede tener suerte de tener un topo en un sitio), sino de muchas en general (luego es que el tío se lo curra).
2.- El País ha sido uno de los cinco periódicos elegidos para recibir los documentos y publicarlos. Si fuera el dueño de El País estaría orgulloso de haber sido uno de los medios seleccionados pero no sacaría el pecho. Los papeles no los ha conseguido ninguno de mis periodistas. En este caso me limito a hacerles trabajar, editando y seleccionando, algo que ha conseguido otro.
3.- Dicen que el periodismo y los periódicos (entendidos ya como cabeceras, ya que me da igual que sea El País o www.elpais.com ) no tienen futuro. Mentira. Lo tienen. Hay tanta información que necesitamos que nos la gestionen, la cosifiquen, analicen, fotografíen... Lo que están haciendo ahora. Que pongan recursos para darme lo importante servido de la mejor manera posible.
4.- De lo que he leído ahora no hay nada que me haya llamado realmente la atención. Y no sé si esto me gusta o me asusta ya que no es normal que dé como corriente que EE.UU. haya intentando (y posiblemente conseguido) influir en nuestro sistema judicial o que el Primer Ministro italiano sólo se caracterice por sus farras, no por sus relaciones con la mafia o los monopolios televisivos.
5.- No debe haber muchos Jack Bauers en el Gobierno Americano.